En una nueva arista arrojada por el caso de desaparición de Facundo Astudillo Castro, la policía bonaerense vuelve a quedar ubicada en el centro de todas las sospechas, en este caso por hostigamiento y amenazas al ex cuñado del joven desaparecido. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) pidió a la Justicia protección para Marcelo González, quien fue sometido a un interrogatorio ilegal dos meses atrás y luego fue amenazado por la fuerza de seguridad.

La CPM presentó ante el juzgado federal N° 2 de Bahía Blanca un habeas corpus preventivo a favor de González, ex cuñado de Facundo y testigo de la causa, ante reiterados hechos de “amedrentamiento” de parte de la policía bonaerense.

En tanto, la jueza Gabriela Marrón aceptó el reclamo y dispuso custodia de fuerzas de Prefectura para González. Según lo presentado por la Comisión, González fue sometido a un interrogatorio ilegal, donde fue amenazado por la Policía con que “iban a inculparlo”.

“Desde que tomó estado público la desaparición de Facundo Astudillo Castro, la familia de su ex novia viene sufriendo diferentes episodios de hostigamiento y amenazas por parte de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Recientemente, el ex cuñado de Facundo, Marcelo González denunció públicamente que patrulleros oficiales con las luces apagadas lo seguían durante su rutina diaria, que merodean su vivienda y que, en algunas oportunidades, se estacionaron frente a su casa sin ningún motivo”, indicaron desde la CPM.

Según el organismo, fue el pasado 26 de junio cuando dos agentes de la policía bonaerense fueron a buscar a González a su casa y lo citaron a la comisaría de Mayor Buratovich. Una vez allí, lo hicieron ingresar a una habitación junto a cuatro policías: tres estaban vestidos de civil y el cuarto, que ocupa el rol de jefe durante el interrogatorio, estaba con el uniforme pero sin la insignia del cargo. Durante el interrogatorio, los cuatro agentes policiales le pedían que declare que Facundo estaba en Bahía Blanca, que ellos ya sabían que era así, pero que él tenía que “cantar”, mientras amenazaban con golpearlo e inculparlo.

“En todo este tiempo, los actos de hostigamiento no cesaron. Después de prestar declaración, Marcelo comenzó a recibir una serie de llamados intimidatorios y mensajes de teléfonos con identificación bloqueada y números desconocidos que le reiteraban en líneas generales la misma amenaza que recibiera por parte de los agentes de policía durante el interrogatorio ilegal”, señaló la CPM.