El gobierno nacional tomó a tiempo y de forma acertada, la decisión de implementar la cuarentena. Ya pasados casi 6 meses, podemos decir que esta drástica definición ayudó a ganar tiempo para reforzar el sistema de salud y encontrar nuevos tratamientos. Pero se ha desperdiciado ese valioso período respecto de generar espacios de participación, con coordinación de voluntades en los espacios institucionales al menos en tres aspectos: la asistencia alimentaria, la organización comunitaria ante el avance de la pandemia, y la elaboración de un proyecto productivo con protagonismo de las Pymes y la Economía Solidaria.

En el primer caso, un ejemplo a la vista es la cantidad de Ollas Populares que surgen, ante comedores y merenderos desbordados. Mientras los alimentos que distribuyen los distintos organismos resultan insuficientes, los vecinos y vecinas se organizan y ponen de su propio bolsillo para paliar la crisis de quienes están igual o peor que ellos. ¿El apoyo a esas iniciativas solidarias? Bien, gracias. En algunos municipios solo reciben el hostigamiento de las autoridades.

Otro aspecto refiere al seguimiento y detección precoz de los casos de Covid19. Las dificultades para articular acciones es un límite insoslayable: los operativos no llegan a todas las viviendas, hay problemas con la asistencia alimentaria y sanitaria a las familias aisladas, y en muchos casos las indicaciones de salud son insuficientes cuando no contradictorias. Y en una situación tan extendida, las mezquindades quedan más en evidencia.

En tercer lugar, tenemos la situación de pobreza e indigencia que alcanza cada vez a más hogares. Con una perspectiva, en el corto y mediano plazo, que muestra dificultades para la recuperación económica.

Con el IFE actual no alcanza, ni en su extensión ni en el monto exiguo de $5000 mensuales por familia, cuando la Canasta Básica Alimentaria para el mes de Junio (según el INDEC) fue de $18.029. Tampoco el aumento de las jubilaciones recupera lo perdido a manos de la inflación desde que se modificó su cálculo a fines de 2019. No es allí donde deben recortarse los recursos.

Comenzar por los de abajo, como plantea el presidente, en la reconstrucción del tejido social y laboral debe contemplar la experiencia de la comunidad organizada. Ya sea en las respuestas inmediatas y solidarias de las ollas populares, como en las iniciativas de integrarse a los equipos de detección de casos y la prevención de contagios del Covid19.

También apuntalar el sector Pyme y su inserción en un proyecto productivo soberano, y fortalecer las experiencias productivas de la Economía Social será vital para recuperar el empleo.

Para todo eso harán falta más recursos que los invertidos hasta el momento. Y habrá que avanzar rápidamente en decidir si vamos a seguir aportando las mayorías o si de una vez por todas los que "siempre ganan" resignan parte de sus fortunas.

*Coordinadora Nacional del Movimiento Barrios de Pie. Twitter: @silvia_saravia