Los desafíos y expectativas depositadas en la gestión que está por comenzar el 10 de diciembre son altísimas. El nuevo gobierno llega acompañado por una mixtura de apoyos que constituye una alianza diversa con una amplia base de sustentación, y con la fortaleza que le da la victoria electoral en primera vuelta. Pero los desafíos que enfrentará pondrán a prueba la alianza y el apoyo mayoritario alcanzado, que demandará comenzar a resolver problemas y tensiones apenas pasado el calor de los festejos de la asunción.

Mauricio Macri asumió con promesas de modernización y “pobreza cero”, y se va con un drama social y empeorando todas las variables posibles; por su parte Alberto Fernández asume con la descripción de un “escándalo” como es el hambre en el país. Podríamos decir que de una Argentina con ínfulas de ser el “granero del mundo” a comienzo del siglo XX, y que Macri desafío a que se transforme en un gran “supermercado mundial”, la nueva gestión en el marco del Plan contra al Hambre, espera antes que nada que la Argentina sea “la mesa a la que puedan sentarse todos los argentinos”.

La exitosa estrategia para alcanzar la alquimia más eficiente para enfrentar a Cambiemos en las urnas, comenzó bastante antes de la mañana del sábado 18 de mayo en que el video de Cristina Fernández sacudió a la política nacional anunciando que sería Alberto Fernández quien vaya primero en la boleta. No fue el primero, pero sin dudas fue el movimiento de ajedrez que facilitó el armado final.

“Invitamos a Sergio Massa y a los gobernadores peronistas a dirimir roles y candidaturas en las PASO” dijo a viva voz y frente a los medios presentes, en la puerta del Congreso del PJ en Ferro, Wado de Pedro, el Diputado y dirigente de máxima confianza de Cristina al que se le reconoce mucha habilidad para tejer relaciones pero que no acostumbra a las declaraciones resonantes en los medios. No pareció un impulso aislado sino más bien un eslabón más de una planificación que se jugaba a distintos planos al mismo tiempo.

Las conversaciones entre todos los referentes del PJ y partidos afines comenzaron poco después de las elecciones de 2017 que Cambiemos ganaba en todo el país, incluido la Provincia de Buenos Aires donde Cristina Kirchner alcanzaba la banca del Senado por la minoría luego de perder con el dúo Esteban Bullrich y Gladys González, y donde los votos que obtenían las listas de Sergio Massa y Florencio Randazzo mostraban nuevamente que la división de los votos peronistas solamente favorecían a Cambiemos y le allanaban victorias en cada elección. Aunque, deberíamos tener claro que antes que los políticos, la demanda de unidad surgió de la gente de a pié y fueron los dirigentes que supieron leer el reclamo de encontrar el mecanismo para que el experimento macrista no tenga otros cuatro años en la Casa Rosada.

Alberto Fernández asumirá en un continente agitado donde la democracia se ve convulsionada, y gobiernos de corte neoliberal como los de Chile, Colombia y Ecuador se mostraron desbordados y sorprendidos por reclamos de la población sin margen para aceptar nuevos ajustes. Por otro lado, la situación en Bolivia marca que los Golpes de Estado no son algo del pasado.

Gabriel Tokatlian, analista internacional, enumera algunos factores que distinguen la situación argentina frente a la actualidad de la región. En primer lugar, destaca una positiva valorización de la democracia por parte de la sociedad y también donde las fuerzas armadas no tienen -luego de la tragedia de la última dictadura-, representatividad como “partido militar”. El académico de la Universidad Di Tella señala también una capacidad de la dirigencia política, que supo administrar los diferentes conflictos de las últimas décadas dentro de los marcos institucionales, y por último, Tokatlian remarca al Peronismo como un modo de contención y de canalización de demandas, generando una expectativa de que algo mejor sucederá cuando está volviendo al poderVaya desafío que le espera al Frente de Todos…

La situación es tan critica que la implementación de políticas públicas que defina el equipo de gobierno para cumplir con las expectativas requerirá una articulada capacidad de gestión entre los distintos actores que conforman la alianza electoral y una capilaridad que logre llevar a todos los territorios la mano del Estado que se acerca para sostener a los compatriotas que la están pasando peor. También deberá sostener una mayoria legislativa para mostrar fortaleza y capacidad para aprobar las leyes necesarias, contar con el acompañamiento de organizaciones sociales y sindicales, y fundamentalmente que la sociedad a mediano plazo pueda ver un horizonte donde la esperanza se transforme en un camino de salida a una situación dramática para millones de argentinos.

*Politólogo (UBA). Docente Seguridad Ciudadana y Gestión Políticas Públicas (UBA / UNDAV).

Socio y presidente del consejo de administración de la Editora Patria Grande Cooperativa de Trabajo. Twitter:@ignaciopacho