Intentar analizar y mostrar la realidad de nuestro país, nos lleva al cambio continuo de opiniones, por lo que es mejor remitirnos a las enseñanzas del General Perón, entre las que destaco aquella de que Argentina encontrará su identidad siguiendo atentamente los acontecimientos Internacionales, todo lo otro es vuelo de cabotaje que no esclarece nada.
 Comprender el popurrí vertiginoso de los sucesos políticos, económicos y sociales, resulta una tarea que debe realizarse en dos vectores, antes y después de la pandemia, con los sentidos puestos primariamente en los hechos complejos del mundo que habitamos y secundariamente en la realidad nacional.

Acontecimientos positivos y negativos abrumadoramente cotidianos, los medios hegemónicos cumplen minuto a minuto su tarea de férrea oposición al gobierno elegido democráticamente, una corporación judicial, que perdura de la resaca del orden jurídico heredado de la Dictadura genocida y actúa en consecuencia, una presencia ancestral de la pobreza estructural agravada cruelmente por la aparición de la peste, cómo así mismo el desempleo y la parálisis económica y productiva, la crudeza de la pandemia que no tiene control y lleva a una letalidad inesperada y de difícil control por la respuesta odiópata de un sector numerosamente importante de la clase media desclasada, el aumento de la inseguridad y el ataque furioso y solapado del poder financiero.

La contracara de los sucesos negativos, se puede observar en la actuación positiva y esperanzadora de un gobierno, que ha podido paliar la crisis social heredada, conteniendo el desborde de posibles saqueos como consecuencia de la desigualdad, el manejo acertado por parte del equipo económico controlando el despropósito de la deuda externa, que se tomó sin beneficio de inventario la férrea unidad política como consecuencia de la alianza electoral que llevó al triunfo del actual gobierno, la vigencia del liderazgo y capacidad política de la vicepresidenta que con exquisita oportunidad dio a conocer una carta pública, de un alto contenido político, de apoyo a la gestión de un gobierno agredido en forma artera e impiadosa, el esperanzador acuerdo con el gobierno de Rusia para la obtención de la vacuna Sputnik, quizá el acto más significativo esperado por un pueblo acorralado por el virus que llegó para quedarse.

Parafraseando al gran Cerati, podemos decir, que sacar belleza de éste caos, es virtud.

La mirada de todos debe estar en los fenómenos por venir de más allá de las fronteras, en la catástrofe política, económica y social de la Europa impregnada por el Coronavirus mortal y despiadado, en la pospandemia y en la segunda guerra civil en los Estados Unidos de Norteamérica, que se avizora incontenible y sin los Generales Grant y Lee.

*Ciudadano ilustre de la ciudad de La Plata