El Gobierno atraviesa una prueba de fuego frente a la oleada de críticas destapadas por las “vacunaciones VIP”, episodio que significó un fuerte golpe a la imagen, transparencia y credibilidad del Frente de Todos. Por ello, desde Casa Rosada deben apostar a fortalecer toda toma de decisiones y despejar cualquier rastro de debilidad, en plena antesala de campaña electoral.

Tanto en las políticas sanitarias, como en las sociales y económicas, el Gobierno busca ratificar su poder de decisión y su solidez para encarar un rumbo y tomar medidas drásticas. “La decisión de cambiar de ministro es la mayor autocrítica. El presidente no dudo, hizo lo tenía que hacer”, fue la definición de hoy del ministro de Defensa, Agustín Rossi, en diálogo con Futurock.

Rossi se refirió a la decisión de remover a Ginés González García y remplazarlo por Carla Vizzotti, una medida contundente que cruzó una frontera respecto de qué rumbo puede llegar a adoptar Alberto Fernández frente a la presión mediática y política.

De la misma manera busca posicionarse frente al reciente aumento de precios injustificados en rubros de producción y alimentación, situación que conllevó al armado de una mesa de discusión para lograr acuerdos entre productores y vendedores. “Esta mesa no es para buscar culpables sino para encontrar soluciones”, expresó Matías Kulfas ayer durante la apertura del encuentro. La inflación y el manejo de los precios es todavía uno de los puntos más débiles del Gobierno para sostener su gestión.

Al mismo tiempo que intenta dar solidez a su gestión, el Frente de Todos también se defiende de los ataques de la oposición y devuelve los dardos. Uno de las figuras que más apostó a confrontar con sus adversarios políticos fue el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, quien se convirtió casi en escudero de Alberto Fernández ante la mirada pública. “La oposición no trajo una idea, no aportó nada para la gestión de la pandemia”, disparó esta mañana el jefe de Gabinete.

Cabe recordar que Alberto Fernández recibió fuertes señalamientos por su falta de firmeza frente a discusiones cruciales, en especial después de la última reunión con la Mesa de Enlace del sector agropecuario.  En ese momento, el mandatario fue cuestionado por la presunta “tibieza” para enfrentar a uno de los sectores más condicionantes de la producción nacional.