Un hombre sencillo y humilde que se define como una buena persona y que lo demuestra con pequeños gestos en pasajes de la entrevista. Ricardo Alfonsín recibió a Diagonales en la oficina donde trabajaba su padre, el ex presidente Raúl Ricardo Alfonsín, y se animó a meterse de lleno en el íntimo de este portal.

Su infancia, sus días en Chascomús, su pasión por la docencia y la política, la relación con su padre,  fueron algunos de los temas que se tocaron en una charla que duró alrededor de una hora. No pudo faltar su visión sobre el rol del radicalismo en Cambiemos y su opinión sobre el desempeño del Gobierno. Para saber más, te invitamos a leer esta entrevista y a mirar fragmentos audiovisuales de sus declaraciones. Sobre el final de la nota, la entrevista audiovisual completa. 

¿Cómo estás hoy?

-Personalmente bien, con cuatro bypass que me hice hace dos años, pero muy bien gracias a Dios. Disfrutando de dos nietos que me hacen feliz, yo me casé de grande así que ellos son muy chiquitos. Políticamente con discrepancias respecto a lo que se está haciendo en mi partido, no cuestiono la pertenencia a Cambiemos, porque eso se discutió hace tiempo, sino la actitud que tiene hacia adentro de Cambiemos, que no tiene nada que ver con lo que se dijo que iba a hacer.

¿Qué recordás de tu infancia?

-Fue una infancia muy feliz. Muchísimas cosas de Chascomús. La ida a la laguna en Mateo (un sulky) donde íbamos con mi madre y mis hermanos, de chico estábamos mucho en la estación de tren, yo vivía a una cuadra y media de allí, nos divertíamos mirando el tren y jugábamos mucho; o íbamos al campo de un hombre en sulky, eran otros momentos. Mi padre, aunque viajaba mucho haciendo política, trataba de estar mucho con nosotros cuando podía. De más grande recuerdo que iba al club de pelota paleta que me gustaba mucho, las salidas con la barra de amigos los sábados y domingos. En aquellos tiempos existían los asaltos, hoy no se usa más, íbamos al Club Sportivo, que era el club de fútbol más popular, nosotros vivíamos a la vuelta y éramos hincha de ese club.

¿Se notaba la ausencia de tu papá cuando estaba trabajando?

-Yo si la sufría no era consciente. Mi mamá siempre nos explicaba por qué estaba ausente y a pesar de que ella sufrió mucho la política, por las ausencias y las dificultades que generan las ausencias, siempre nos explicó que la política era una causa muy noble y por eso nuestro padre estaba ausente.

“Yo no me comparo con mi padre, lo quiero muchísimo, no compito. Soy distinto a él a pesar de estar formado con los mismos valores”. 

¿De qué manera analizás el Ricardo Alfonsín docente?

-Me encantaba la docencia. Yo fui docente en una escuela industrial dando Educación Cívica y me fascinaba la tarea. No me ceñía a los programas, era una materia muy politizada, la daba en dictadura y entonces trataba de demostrarle la contradicción que había entre los programas y la realidad. Los programas que hablaban de la división de poderes, de la elección popular, de los derechos y garantías y la realidad que no garantizaba esas cosas. Entonces yo miraba y decía, esto significa esto y remarcaba lo que decían los diarios, pero si tenía inspección tenía que tener mucho más cuidado.

¿En qué momento decidís involucrarte en la política?

-No lo sé exactamente, pero fue de bastante grande. En principio por una cuestión que tiene que ver con la Escuela de Cura, a mí me atraía la posición del cristianismo, la opción por los pobres. La política empieza a interesarme de grande cuando veo que  las cosas no son como son, porque así tengan que ser, sino porque el hombre las hizo así. Al principio uno no se pregunta porque son así, cree que así deben ser y no pueden ser de otra manera y hay un momento en el que comenzás a pensar si podrían ser de otra manera las cosas. Allí me comenzó a interesar la política, porque principalmente la actividad que tiene es organizar las cosas para que sean de otra manera en la convivencia y en la sociedad.

Ricardo Alfonsín: “Cada vez que el radicalismo tuvo tensiones con el Gobierno fue por razones de cargos”

A raíz de que tenía un padre político, escuché mucho y leí mucho sobre radicalismo. Me acerqué al partido porque defendía para mí valores que eran muy importantes, como la libertad y la igualdad que hacen la dignidad, tal vez en ese momento no se llamaba dignidad, sino justicia social. Sin embargo, mientras papá era una figura muy importante en el partido, no quise ocupar cargos. Tenía miedo que creyeran que me aprovechaba de alguna ventaja que no era política, simplemente por ser el hijo de Raúl Alfonsín. Cuando ya dejó de ser y a través de organizaciones de espacios internos que tuve que ir a pelear contra otros dirigentes, donde perdí bastante internas, me comprometí y al final terminé siendo Presidente de Comité de la Provincia, candidato a Gobernador en los peores momentos, no cuando era fácil ser radical después del 2001, fui Diputado Provincial, candidato a Presidente y siempre en los peores momentos.

¿Hubo algún hecho que te marcó para que decidieras involucrarte en política?

-Yo me acuerdo que tenía un programa de radio en Chascomús y siempre le decía a la gente que se comprometa, que de la política no se puede prescindir. La política es una actividad inevitable. Si por política entendemos la tarea que tiene por objeto organizador, organizar la convivencia social, es una actividad inevitable, porque el ser humano es un animal que vive en sociedad y de alguna manera hay que organizarlo. Entonces le pedía a la gente que se comprometa, no que sea político necesariamente, pero que se preocupe, piense cómo están organizadas las cosas y sino podrían organizarse de otra manera.  Un día me pregunté si me comprometo todo lo que podría comprometerme, me dije que no que era cómodo y que tal vez ese razonamiento, hacía el temor que pensaran que, por ser el hijo de Raúl, fuera una excusa para no comprometerme más. Empecé asumir mayores compromisos. Primero en mi sección, la Quinta y cuando quise acordar ya estaba muy metido.

¿Qué te dejó tu papá para la vida personal y política?

-Lo que me llevo de él, que está mal que yo lo diga porque soy el hijo, es que era un hombre desinteresado, humilde. Hoy le falta humildad a la política. Era solidario, cero materialista, despreciaba la frivolidad, valoraba muchísimo la formación, la lectura, era un hombre que decía que había que preocuparse por los demás, sobre todo si haces política. Era una persona que le disgustaba la ley del menor esfuerzo, hay que potenciar lo bueno de la gente decía. Esas son las cosas que a uno lo van formando para la vida y después no se puede separar la vida de la política.

¿Te costó ser hijo de…?

-No porque creo que el problema del hijo de, es un problema cuando el hijo hace lo mismo que el padre y yo empecé a hacer esto de grande.  Si bien siempre estuve haciendo política desde la orilla, no me metía en el agua, pero hasta la orilla llegaba. Los problemas los empecé a padecer, no por mí sino por los demás, cuando ingresé en el partido y tuve que enfrentarme políticamente con algunos que trataban de quitarle valor a todo lo que hacía simplemente atribuyéndolo al hecho de que fuese Alfonsín. Hay muchos que tienen este apellido en el partido, no soy el único. Sin embargo, logramos formar un espacio que terminó ganando en la provincia, siendo importante en el partido a nivel nacional. No era un problema que tenía yo, sino era un problema que tenían los demás. Yo no me comparo con mi padre, lo quiero muchísimo, no compito, no quiero ganarle. Soy distinto a él a pesar de estar formado en los mismos valores. Yo lo resolví bien, no lo resolvieron bien algunos adversarios internos y todavía no lo han resuelto.

Metiéndonos en la actualidad, ¿Cómo ves el rol del radicalismo en el gobierno de Mauricio Macri?

-Mal. No está haciendo lo que decía que iba a hacer. Sin comprender la responsabilidad, que tenía y tiene el partido hacia adentro de Cambiemos. El que diga que no es así, no está diciendo la verdad, podrá explicar que tal vez hacer lo que habíamos dicho que íbamos hacer no era bueno, que digan en todo caso eso, pero que no digan que lo que estamos haciendo es lo que nos propusimos hacer. Estamos haciendo lo contario, hasta ahora por lo menos. Evitar que se comentan errores, no influir, no acompañar decisiones equivocadas afirmándose en nuestra identidad, no poner en suspenso y despreciar nuestra identidad colaborando desde la diferencia. No hemos hecho nada de eso, pero no le hecho las culpas al PRO.

¿Qué decisión te parece imperdonable de la conducción de radicalismo en el PRO?

-Un conjunto de decisiones, no hay ninguna que sea especialmente imperdonable. En primer lugar, no haber hecho una campaña en las PASO con posiciones claramente radicales, nuestro candidato no tuvo posición, definición y para mí la negación de la política es la indefinición de la política. En segundo lugar, no haber hecho un acuerdo programático, a pesar de que éramos un frente que reuníamos fuerzas distintas, no lo hicimos y es difícil de explicar eso. En tercer lugar, no haber pedido que cada espacio antes de que se tome una decisión pudiera opinar sobre la postura más correcta. En cuarto lugar, haber acompañado posturas que eran desde nuestro punto de vista incorrectas. Nosotros decíamos que esas series de decisiones que acompañamos hasta 2015 dijimos que eran incorrectas, el que diga que estoy faltando a la verdad está confundido, acompañamos muchas decisiones que creíamos que era incorrectas.

“Nuestro candidato en el 2015 (Sanz) no tuvo posición, definición. Y para mí la negación de la política es la indefinición de la política”.

Además, haber priorizado los cargos y los lugares en las listas por encima de las ideas, haber puesto mucha menos pasión en la defensa de las ideas que en la de los cargos, en la escuela política que yo me forme, esas cosas están mal. Eso no lo había visto nunca en el partido, con un alejamiento en su ideario. Son cosas graves, podrán tener las mejores intenciones pero son responsables de haber hecho estás cosas y yo le pido a la gente que reclamen, que no se desentienda de las cosas que hacen y que no permitan que nadie actúe como si tuviesen facultades extraordinarias, como si no tuviesen la obligación de rendir cuentas.

A partir de lo ocurrido en Diputados con el Consejo de la Magistratura comenzó a oírse más fuerte el enojo del radicalismo con el Gobierno. ¿Crees que hay riesgo de una ruptura?

-Cada vez que hubo tensiones que trascendieron a la opinión pública, fue por razones que tenían que ver con lugares o cargos. En este caso creo que fue especial, pero siempre fue por eso. A mí la verdad que no me interesa ocupar cargos, por supuesto que el partido tiene cuadros para ocupar lugares importantes, pero lo que me interesa es poder influir en la decisión que se toma desde el Gobierno Nacional porque de eso dependen que se resuelvan o no los problemas.

“Cada vez que el radicalismo tuvo tensiones con el Gobierno fue por razones de lugares o cargos”.

Nosotros hemos puesto toda la pasión, todo el énfasis en defender lugares en las listas y hemos actuado con muchísimas indiferencias respecto a las ideas del partido. Espero que la Unión Cívica Radical, a partir de ahora, los radicales si creen que tiene sentido seguir siendo Radical, reclamen que las conducciones y sus principales representantes actúen con la misma pasión con las ideas que imponen para los cargos.

Mirá la entrevista completa:

¿Qué consideras que es lo mejor que tiene este gobierno de Mauricio Macri?

-Creo que la discusión que se dio respecto de cómo la Argentina se debe relacionar con el mundo, también es una discusión interesante, aunque yo no puedo estar de acuerdo con ciertas políticas que a partir de esta discusión se tomaron y con otras sí. Me parece que la continuidad de las ayudas sociales es muy importante y desmintió eso que anticipaban algunos que si el gobierno llegaba se iban a terminar esas ayudas. Me parece que hay cosas que se hacen bien, la posición frente al narcotráfico más allá de si la eficiencia ha sido tan grande como dicen, ya hubo una voluntad política y mayor compresión del peligro que entraña este fenómeno.

“Espero que los radicales reclamen a sus principales representantes que actúen con la misma pasión en defender las ideas que imponen para los cargos”.

En lo económico yo creo que se han equivocado en muchas cosas. Objetivamente se han equivocados porque los indicadores socioeconómicos actuales que marcan, son los mismos que existían en el 2015, que decían que la herencia era muy pesada e hicieron que perdiera las elecciones el Frente Para la Victoria. Pero no han resuelto los problemas porque en muchos casos se tomaron decisiones equivocadas, pero no para ellos, para mi partido, por eso aquellos que ocupan ese lugar tiene que explicar porque acompañaron esa decisión.  Si hubiésemos hecho lo contrario, estoy seguro que el PRO, estaría agradecido, no las hubiera tomado mal y estaríamos mejor.

Ricardo Alfonsín: “Cada vez que el radicalismo tuvo tensiones con el Gobierno fue por razones de cargos”

Hablando de la pesada herencia, ¿qué fue lo mejor de los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández?

-Lo que se llamaba la pesada herencia, esto puede ser discutible y opinable, pero admito que aquellos que eran opositores al anterior Gobierno a los indicadores de inflación, déficit fiscal, recesión económica, pobreza, falta de acceso a los créditos, distorsión a los precios relativos, lo llamaron pesada herencia. Hoy eso está todo igual. Ningún gobierno hace todo mal o todo bien, todos hacen cosas buenas. La primera de las cosas buenas que hicieron fue no dolarizar la economía en el gobierno de Néstor, yo celebraba eso públicamente. La negociación de la deuda fue muy buena, muchos dicen que podrían haber sido mejor pero en la cancha se ven los pingos y había que negociar, la intensión de distribuir el ingreso fue positiva, pero creo que no lo supieron hacer bien, simplificaron la idea de justicia social e igualdad porque no mejoraron en cosas esenciales, que tienen que ver con la igualdad y la educación pública. Al cabo de 12 años el transporte público que es tan importante, la seguridad, la salud fue la misma y quedó de la manera que lo habían recibido. Creo que no supieron aprovechar un momento favorable que permitía distribuir la renta para avanzar con mayor calado en la discusión sobre la justicia social.

Sobre el Gobierno de los Kirchner: "Ningún gobierno hace todo mal. Todos hacen cosas buenas". 

A veces se dice libremente que “el radicalismo no existe más” o que desapareció, ¿coincidís?

-En el 2001 ocurrió algo muy grave en el país, cualquier partido que aparezca como responsable de una crisis de esa naturaleza paga las consecuencias. Y nosotros la pagamos. La sociedad nos responsabilizó a nosotros. La primera elección presidencial después de esa crisis sacamos el 2% de los votos. Todos los medios decían que desaparecíamos y casi desaparecimos. En la segunda elección presidencial no tuvimos candidato propio, tuvimos que ir detrás de un candidato peronista, Roberto Lavagna a quien queremos  muchísimo. Se transformó en un partido provincial. En la tercera elección presidencial experimentamos una mejora extraordinaria que no fue valorada por mezquindades en el partido. Tuvimos candidato propio de nuevo, que fue quien habla, pero además sacamos casi tres millones de votos en las PASO y en un momento muy difícil para ser oposición porque le iba muy bien al kirchnerismo. Después en el 2015 cuando ya era mucho más fácil ser oposición porque la economía estaba muy complicada, volvió a sacar 600 mil votos el partido, como en el 2001. ¿Y por qué? Porque el candidato del 2011 decía cosas radicales, el candidato del 2015 como formaba parte de un frente que reunía fuerzas que pensaban cosas distintas y contradictorias, pensaba que no había que decir demasiadas cosas.

“Nunca vi a la Unión Cívica Radical tan alejada de sí misma”.

Yo creo que el radicalismo se va a recuperar. La experiencia nos demuestra que depende de nosotros. No únicamente, pero depende de nosotros. Si vos querés parecerte cada vez más a otro partido no vas a recuperar a la Unión Cívica Radical. Ahora en lugar de querer parecerte a otro partido, ¿por qué no te cambiás de partido? Si vos querés cambiar la ideología estas cambiando el partido. Y sin dar ninguna discusión. Yo nunca vi una Unión Cívica Radical tan alejada de sí misma.

¿Si viviese tu padre (Raúl Ricardo Alfonsín) qué creés que diría de esta UCR?

-Hay algunos que dicen que Raúl diría “no sí, por supuesto a muerte”, suponete que acierten. Primero habría que tener cuidado porque no está para defenderse. Pero esos señores que dicen eso, aunque acierten seguramente no están en condiciones de dar los fundamentos por los que Raúl Alfonsín tomaría esa decisión. Entonces creo que deberían callarse, y ser más respetuosos. Ahora, qué haría Alfonsín ante un partido que incumple lo que dijo en Gualeguaychu y no colabora con el gobierno como debería, advirtiéndolo antes de que tome decisiones equivocadas. Frente a un partido que actúe así, haría exactamente lo mismo que estoy haciendo yo. Porque yo lo conozco. Por eso, algunos que van a hacerles homenaje a veces, más vale que piensen en lo que pensaba Raúl Alfonsín, si los homenajes son sinceros en las ideas.

“Algunos que van a hacerles homenaje a veces, más vale que piensen en lo que pensaba Raúl Alfonsín”.

¿Cómo ves que está resolviendo la gobernadora Vidal el conflicto salarial docente y las mejoras edilicias que se reclama en la Provincia?

-Sí, no solamente la Gobernadora. Para mí no lo encaran bien. No es fácil de encarar eh. Pero no lo encaran bien. Soy de los que cree que ningún conflicto se encara bien echando las culpas y atribuyendo malas intenciones. No hay que decir cosas que puedan complicar la resolución del conflicto. Cuando haces cosas que pueden complicar la resolución del conflicto estás complicando a muchos, no solo a vos  como gobernante. En segundo lugar creo que como decíamos, la  educación ha sido desatendida por los gobiernos, porque no tiene –a pesar que todos decimos que nos importa tanto- tantas consecuencias electorales. Porque cuando se mejora la educación no se nota. No notás ‘ah mirá, aprendo mucho más’. Eso no se nota, se va dando de manera imperceptible. Por otro lado son chicos que no votan, y por otro lado los padres tampoco se enteran si esos cambios de calidad se producen o no. Entonces no le dan demasiada importancia.

“La educación ha sido desatendida por los gobiernos porque no tiene consecuencias electorales”.

¿El Macri que llegó al poder es un Macri diferente al de ahora?

-No,  es el mismo. Y nosotros no nos podemos hacer los sorprendidos. Nadie. Ni ningún radical se hace el sorprendido. El que sorprende es el radicalismo eso sí que no era previsible. El radicalismo que existe después de que Macri ganó es distinto al radicalismo que existía antes de que Macri ganara. Macri es exactamente lo mismo, es un hombre coherente. Y hacen lo que creen que es mejor para el país. Yo creo que lo que ellos hacen no es lo mejor para el país. Ojalá yo esté equivocado pero la experiencia en otros países del mundo nos indica que cuando se han aplicado recetas de esta naturaleza, ahora por ejemplo, las que impone el FMI, los resultados no han sido buenos. No es un buen camino para resolver los problemas. Ojalá me equivoque, aunque lamentablemente creo que la realidad nos está  dando la razón.

“El radicalismo que existe después de que Macri ganó, es distinto al radicalismo que existía antes de que Macri ganara”.

¿De qué te arrepentís en tu vida? ¿Y qué no podés superar?

-Sí, me arrepiento de cosas. Me arrepiento de no haber sido mejor alumno, de no haber leído más cosas que me recomendaban que leyera en la escuela. Me arrepiento de no haber sido más disciplinado después de terminar la escuela. Me arrepiento de no haber tenido coraje para estudiar ciencias políticas. Me arrepiento de muchísimas cosas puntuales que hice en mi vida, macanas de joven, que dan vergüenza cuando las recuerdo. Cómo no me voy a arrepentir de cosas.  Y en política también he cometido errores, muchos. En cuanto a que no puedo superar en la vida. Y yo soy muy tímido, pero lo supero. No tanto en política, pero cuando estoy fuera de la política sí. Pero de peso yo te diría que no hay nada, y si no me acuerdo no debe ser grave.