Oficialmente, los peritos de Gendarmería Nacional concluyeron que el fiscal Alberto Nisman fue asesinando “a sangre fría” y que la escena del crimen había sido manipulada para que parezca  un suicidio. Las querellas, tanto de las hijas como de la madre del fiscal apoyaron esta conclusión.

El fiscal de la causa, solicito al Juez Ercolini, recrear los hechos que llevaron a la muerte de Nisman. También se profundizará la investigación en torno de Lagomarsino y las contradicciones en sus declaraciones.

La conclusión de Gendarmería es un trabajo de 200 fojas y estas son sus principales conclusiones:

La pistola que terminó con la vida del Fiscal deja rastros de pólvora, pero en la mano de la víctima no había rastros de ella.

La pistola se encontró junto a la puerta del baño, cerca del cuerpo, demostrando que después de disparada la pistola caía junto al cuerpo.

El tiro fue detrás de la oreja, en forma perpendicular, y el barril no se colocó en su piel, algo poco común en los suicidios.

El cuerpo fue movido después de muerto, Nisman murió en agonía.

El cuerpo presentaba hematoma en el tobillo izquierdo, riñón, cabeza y el tabique nasal estaba roto, estas son típicas lesiones producidas por personas que saben matar.

Los rastros de ketamina encontrados en el cuerpo, fueron usados como sedante, para doblegar la posible defensa de la víctima. Se descarta el uso recreativo de esa droga, porque no había restos de ella en el departamento.

Los asesinos usaron la computadora y su teléfono celular y eliminaron los archivos, de manera tal que no pudieran ser recuperados esos datos.

En cuanto a la data de muerte, los análisis la sitúan por lo menos 29 horas antes del hallazgo del cuerpo. Las querellas sostienen que la muerte se remonta a 36 horas antes.

Se encontraron muy pocos rastros de ADN en el departamento, uno de la madre del fiscal y dos pertenecientes a la víctima. El lugar fue convenientemente limpiado.

No obstante este análisis, sigo sosteniendo, Nisman muere por su trabajo, estoy convencido que a muchos favorece esa muerte, pero a uno solo no le convenía bajo ningún punto de vista, al Gobierno de Cristina. El final está abierto. La verdad, cada vez más lejos.

*Abogado