En el diario no hablaban de ti, ni de mí y tampoco de Ohuanta.  En los buscadores de internet no forma parte de las noticias. En los mapas no está en claro si es Ovanta u Obanta. Las imágenes de esta pequeña localidad lindera a San Pablo, ciudad ubicada a 20 km de San Miguel de Tucumán, son casi en su mayoría predios alambrados que están en venta. Dijo la radio Megafón FM 92.1 que Ohuanta es otro de los tantos territorios donde las comunidades originarias padecen la violencia estatal, empresarial y el silencio de la sociedad.

Ohuanta es uno de los pueblos azucareros que se crearon alrededor de los Ingenios.  Un pueblo de más de 100 años, lindero a  Yerba Buena, que se encuentra al pie de Villa Nougués, parte del cerro San Javier. Un pueblo que vivió de su trabajo desde cuando existía el Ingenio y hoy es un pueblo desocupado, con trabajo precarizado, ya que casi la mayor parte de sus habitantes viven de trabajos temporarios como la cosecha de limón y arándanos. También son los llamados obreros golondrinas que viajan a las cosechas de manzanas o peras.  La mayoría de las mujeres son empleadas domésticas en la localidad de Yerba Buena. Ohuanta es un pueblo tranquilo, con mucha vegetación, con un río que lo  bordea donde aún los vecinos charlan en la veredas, disfrutan las plazas, toman mate en ojotas y tienen el club para ir a jugar fútbol. Pueblo chico, infierno grande, desde hace 15 años los ciudadanos están en pie de lucha, afrontando juicios, desalojos, maltrato por parte de la policía y de los terratenientes que avasallan todos sus derechos y quieren quedarse con esas tierras.

Nada decía el diario de hoy  sobre  los acuerdos firmados entre los dueños de los ingenios y el estado provincial para que los habitantes que se habían quedado sin empleo, permanezcan y reciban la escritura de sus tierras.  Nada decían ni dicen los medios de comunicación serviles al poder económico y político lo que está pasando en Ohuanta.

La semana pasada en la radio  de la Universidad Nacional de Lanús, Mauricio Suárez, integrante del Colectivo Cultural El Malecón, referente Peronista de San Pablo y Militante del Proyecto Nacional y Popular, dijo que hay temas que al poder económico no le sirve que se sepan y entonces nadie dice nada, pero en Tucumán no se han escriturado las tierras prometidas y los empresarios  las quieren para realizar  negocios inmobiliarios y para ello sus ciudadanos deben irse de allí aunque exista el compromiso tomado por el estado y el ingenio hace 30 años.

Ohuanta es otra de las tierras codiciadas por el poder económico,  es una de las zonas más elitistas donde la burguesía disfruta de la buena vida y los  empresarios ocupan espacios con barrios privados, proyectos inmobiliarios para enriquecimiento de unos pocos a costa del dolor de muchos.  En la actualidad una escuela de 111 años será demolida para realizar un country. Ahora Ohuanta tiene planos y planes, solo que dentro de ellos está la construcción de un mega emprendimiento inmobiliario, por lo tanto el colegio será demolido, los habitantes  corridos y las tierras explotadas por grandes empresarios. "SAN PABLO GOLF es la cancha más grande del noroeste y está proyectado ser la más grande de todo el norte, la escuela, que supo ser la única de la zona, con gran concurrencia de chicas y chicos de todos los niveles  será desalojada junto con todo el pueblo para darle lugar al country San Pablo Golf", contó Suárez.

Una ley a favor de abolir el deseo y la posibilidad de que los que más tienen puedan tenerlo todo. Un pueblo que está resistiendo en las rutas junto a  músicos, escritores, artistas, ciudadanos que salen a las calles. Una sociedad que acompaña el reclamo porque es consciente de la necesidad de  visibilizar lo que sucede en Tucumán. En entrevista en Feria Franca Mauricio Suárez dijo, "se tiene que visibilizar el problema, las consecuencias de la pérdida de vigencia de la Ley 26.160,  lo que se hace desde la cultura,  la militancia política, del espacio nacional y popular", y agregó  que muchas veces los cargos políticos están  ocupado por los mismos terratenientes que se ponen el disfraz de compañeros y no lo son. Además expresó "tenemos políticos que llegan al poder para defenderlo pero tranzan con el poder económico o son parte".

Ohuanta es un pueblo en la calle, que marchará en Tucumán por la  prórroga de la ley 26.160, para contar el avasallamiento que está padeciendo la comunidad. Es un pueblo que no quiere volver a cero y perderlo todo, porque eso también implica  vidas.

Hoy amor, igual que ayer, como siempre,  los pueblos nos liberamos con las plazas llenas.

*Licenciada en comunicación. Twitter: @Lauramorales9