Luego de dos meses de tensión, la discusión sobre el desdoblamiento culminó. Mauricio Macri y María Eugenia Vidal ahora deberán unificar criterios para una estrategia electoral, frente a la imagen de Cambiemos que comienza a tambalear al compás de los tarifazos y la incertidumbre social por la economía. Con CFK que observa desde la sombra, la aprobación a la gestión de Macri oscila y la Gobernadora buscará sumar porotos con un inicio exitoso del ciclo lectivo 2019. 

Transcurrido un insólito 2018 donde las discusiones paritarias no se resolvieron en todo el año, Vidal busca ganarle la pulseada al Frente de Unidad Docente Bonaerense de cara al comienzo de clases en marzo. La mandataria bonaerense lanzó la primera señal al retomar la agenda escolar con el armado de las Mesas Distritales Educativas en toda la Provincia, maniobra con la que busca garantizarse el regreso a las aulas el próximo 6 de marzo sin ninguna interrupción. 

La preocupación en la esfera de la gobernación Bonaerense viene de la mano de las encuestas que, esta semana, pusieron a la gestión de Cambiemos en un delicado escenario donde temen que el tándem Macri-Vidal no logre sumar lo necesario para el éxito en primera vuelta. 

Según el Monitor de Humor Social divulgado por el portal El Cronista, la imagen del Presidente sufrió una caída en el último mes que lo acerca cada vez más a Cristina Fernández de Kirchner, quien ahora parece pisarle los talones. Es que, según el monitoreo, Macri ahora cuenta con un 37% de imagen positiva, contra un 35% de aprobación hacia la actual Senadora. En tanto, Vidal mantiene su lugar sin variaciones. 

Es que mientras el gobierno de Cambiemos se centró en mantener en agenda el tema corrupción e inseguridad, el electorado no pudo eludir la incertidumbre por la economía, de manera crucial en temas como el aumento de la pobreza, las oleadas de tarifazos o la inflación. 

Con un electorado fiel e intenso del lado de la ex Presidenta que, según estiman, garantiza una proyección aproximada del 38% de los votos, Vidal necesita fortalecer su capacidad de aglutinar boletas para el macrismo en territorio bonaerense, donde intentará preservar al interior oficialista, al mismo tiempo que buscará destronar a los intendentes peronistas de mayor peso en el Conurbano. 

Para ello, la Gobernadora apuesta a sumar puntos con el regreso de los chicos a las aulas, en pleno escenario de negociación con los docentes, donde ahora buscará trazar un puente con la comunidad de padres para que tomen protagonismo clave en las mesas de diálogo provinciales.  

“Los padres quieren que las clases comiencen en tiempo y forma, y manifiestan fastidio por la recurrente pérdida de días de clase. Debemos canalizar esa demanda”, fue el trascendido desde el sector de Vidal, según informó La Nación. La estrategia de plegarse a la demanda los padres para ganar aprobación no sería novedosa si se tiene en cuenta la controversial medida deslizada en 2017 sobre la posibilidad de remplazar docentes con “voluntarios”, en plena antesala electoral. 

El conflicto con los gremios docentes, en tanto, seguirá en pie hasta tanto la Gobernadora se ocupe de los reclamos del sector sobre mejoras salariales, con la cuerda tensa después de un año de plena confrontación y protesta.    

Cabe recordar que, de 2015 a esta etapa, la actuación de Cambiemos en las diferentes elecciones mostró un flojo desempeño en las PASO y seguido de un triunfo reñido en las generales. El escenario este año, en cambio, se observa más difuso para el Gobierno, que ahora enfrenta una economía en debacle y a la figura de Cristina que, desde el silencio, esquiva todo tipo de definiciones.