En las últimas horas, el relato escalofriante de Thelma Fardin animó a cientos de mujeres a contar y denunciar lo que ellas también vivieron en carne propia. Fue el caso de una empleada de planta permanente del Senado de la Nación, que denunció al legislador radical Juan Carlos Marino por acoso sexual.

En la denuncia, Claudia Mabel Guebel contó que "el senador estipuló que mis funciones fueran desempañadas desde mi domicilio. Nunca tuve un trato de amistad ni de confianza, sí de respeto por su función". "Ilusamente pensé que trabajar junto a él era el lugar indicado para mí", aseguró.

Entre los detalles que da en la denuncia figuran algunos mensajes que recibió a través de su teléfono. "Al mes de empezar a trabajar, comencé a recibir mensajes de WhatsApp a mi celular que conservo actualmente. En esos mensajes me decía '¿Dónde estás?' '¿Dónde vivís?' 'Voy a estar por allá; me doy una vuelta' 'Preparate, que voy a tu casa'. Me enviaba videos alusivos al sexo", expresó.

"Yo trataba de contestarle con respuestas evasivas que no comprometieran mi trabajo y que tampoco le den a pensar que yo estaba interesada en lo que me proponía", relató Guebel. 

A pesar de no tener vínculos de confianza ni de amistad, según su relato, recibía mensajes "constantemente, varias veces por semana".

"Una vez que nos encontramos solos directamente me tocó los pechos y me preguntó cuándo íbamos a tomar un café, me dijo que aguardara su llamado que en cualquier momento nos veíamos", recordó.

En la denuncia, Guebel contó que ingresó a la Cámara de Diputados como empleada en 2001, pero a partir de 2004 y hasta 2016 se desempeñó como secretaria de la Convención Nacional de la UCR. A continuación, volvió a trabajar en Diputados, en la comisión de Juicio Político, hasta que hace aproximadamente un año empezó a desempeñarse como asesora de Marino.

"Hipólito Solari Yrigoyen fue la persona que me había puesto en contacto y recomendado con Juan Carlos Marino. Recuerdo que en esa oportunidad cuando le pedí que me recomendara con él, Solari Yrigoyen me preguntó si yo estaba en pareja, si tenía hijos, y si vivía sola, lo cual me sorprendió, puesto que se trataba de preguntas de índole personal que nada tenían que ver con las funciones que yo iba a cumplir. Llegué incluso a pensar que tenía algún tipo de interés en mí, pero luego, cuando padecí las conductas de Marino, entendí por qué me había efectuado esos interrogantes", detalló Guebel.

Guebel contó que tras este episodio de abuso, pidió ser trasladada y consiguió un puesto en la Dirección General de Investigación y Capacitación del Senado.