En un nuevo panorama diario de la pandemia presentado por el Ministerio de Salud, se informó sobre nuevas medidas para el refuerzo de controles. El Gobierno decidió modificar la definición de “casos sospechosos” con una fuerte apuesta a incrementar los testeos en espacios de encierro como cárceles y geriátricos, además de profundizar la atención sobre villas y barrios populares del país.

Fue el subsecretario de Estrategias Sanitarias, Alejandro Costa, quien se refirió esta mañana a esta nueva ampliación en los criterios para detectar casos sospechosos de COVID19, que permitirían abarcar un mayor campo de probabilidades en determinados contextos. En ese sentido, se profundizarán los controles en barrios populares, comunidades originarias, espacios del sistema penitenciario, entre otros.

En esa línea, la presencia de uno de los síntomas como son la fiebre de 37,5°, el dolor de garganta, la dificultad respiratoria y la perdida de gusto u olfato, combinada con la pertenencia a cualquiera de esos grupos sociales específicos, bastará para ser considerado “caso sospechoso”.

“Personal de salud, fuerzas de seguridad, residentes de establecimientos de comunidad cerrada (geriátricos, unidades del servicio penitenciario), habitantes de barrios populares con dos o más síntomas (fiebre, dolor de garganta, tos, dificultad respiratoria o dificultad en olfato o gusto”, es el nuevo esquema que se planteó desde Nación. Cabe aclarar que se define como “barrios populares” aquellos donde más del 50% de sus habitantes no tiene título de propiedad y hay dificultad para el acceso a dos o más servicios.

En tanto, la medida llega enmarcada en una reciente crecida de casos detectados en varias de las villas ubicadas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en especial la 1-11-14 y la Villa 31. En estos dos barrios, la curva ascendente de contagios subió de manera estrepitosa en las últimas semanas y puso en foco la carencia de políticas de prevención por parte del gobierno de la Ciudad, a cargo de Horacio Rodríguez Larreta.