El senador de la UCR denunciado por una empleada del Congreso de la Nación por abuso sexual, Juan Carlos Marino, y sus colaboradores fueron imputados por el fiscal federal, Federico Delgado. También le pidió que entregue su ceular para realizarle un peritaje porque como tiene fueros no se lo pueden incautar. 

Además del legislador, el dictamen que se presentó ante el juez federal, Ariel Lijo, imputó a dos hombres que trabajaban para él, Pedro Fiorda, y Juan Carlos Amarilla, ya que aparecen señalados por la licenciada Claudia Guebel por acosarla y abusar sexualmente de ella.

En ese marco, el fiscal convocó a testigos, algunos de ellos colaboradores del Senador y le pidió a Marino que entregue su celular para analizar los mensajes y llamados. A su vez, la víctima fue citada a ampliar su declaración bajo la Cámara Gesell.

En el dictamen, Delgado asentó que "las agresiones a la integridad sexual y el acoso laboral, cuya investigación vamos a requerir, ocurrieron en un espacio singular: el Honorable Congreso de la Nación" y que si bien "no es del todo clara su fecha de producción, pero aparentemente abarca desde el 2016 hasta 2018". Además aseguró que hay tres imputados: "el dr. Amarilla', el señor senador nacional Juan Carlos Marino y el señor Pedro Fiorda, alias 'Cachi'".

En el escrito sostuvo que la licenciada en Ciencia Política y dirigente de la Unión Cívica Radical por medio de un acuerdo con el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, aceptó trabajar en la Cámara de Diputados, específicamente en la comisión de Juicio Político. De acuerdo a lo que relató Gubel, Amarilla era el responsable de esa comisión y "la acosó durante el tiempo en que desempeñó en ese espacio".

Delgado detalló que "concretamente, Amarilla acosó a Guebel y decía que la investigaba con los servicios de inteligencia, a punto tal que ella afirmó que lo vio merodeando las inmediaciones de su domicilio. Todo esto fue materia de un sumario administrativo labrado por las autoridades".

Luego de un mes de trabajar para Marino, él "le envió mensajes desde su celular a través de WhatsApp de carácter intimidatorio con frases como `¿donde estás? ¿Dónde vivís? Voy a estar allá y me doy una vuelta. Preparate que voy a tu casa. Y videos alusivos al sexo".  A su vez, contó que los días 14 tenían que conseguir la firma del senador para un certificado de asistencia y la primera vez que fue la hicieron pasar al despacho, los asistentes se retiraron y el legisladores "le tocó los pechos y le preguntó cuándo tomarían un café".

Al siguiente mes y por el mimso motivo, Fiorda la hizo pasar a la oficina, "le tomó de los brazos y le introdujo la lengua en su boca de un modo violento". A la vez que desde ese entonces, la llamó insistentemente a su teléfono y terminó atendida por médicos por un pico de estrés.

Delgado consideró importante acceder a los teléfonos celulares de los imputados y sus comunicaciones. En el caso de Fiorda, "el juez deberá requerir sus llamados entrantes y salientes y ordenar el secuestro del aparato, invitando al portador a suministrar la calve de acceso u ordenar su desbloqueo por parte de una división específica de una fuerza de seguridad". Mientras que Marino por sus fueros no puede ser obligado a hacerlo por lo que se lo "invitará" a "aportar su celular, aunque el acceso a su comunicaciones debe solicitarle de acuerdo al citado articulo 1 de la ley 25320 para evitar futuros planteos de nulidad".