Durante la inauguración de la 75° Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente Alberto Fernández aseguró que "el verdadero progreso se construye con todos adentro", al marcar la necesidad de la integración de los sectores más vulnerables.

Se trató de una asamblea distinta a causa de la pandemia, dado que los oradores estuvieron presentes de manera virtual, por videoconferencia. En ese contexto, Fernández se refirió a la vacuna contra el coronavirus y señaló que debe ser considerada como "un bien público global, accesible a todas las naciones”.

En ese sentido, Fernández llamó a "recrear el multilateralismo basado en la solidaridad, globalizándola" para "salir mejores y no peores de esta crisis".

Por otro lado, el jefe de Estado hizo mención a la deuda externa de los Estados. “El endeudamiento tóxico constituye un freno al desarrollo” de los países, sostuvo el mandatario y destacó el hecho de que Argentina pudo renegociar su deuda externa con acreedores privados “en plena pandemia”. Sin embargo, afirmó que "nadie puede pagar a costa del sacrificio de los pueblos".

Por ello, Fernández instó a la comunidad internacional a que "facilite la reestructuración ordenada" de deudas y destacó que la Argentina prioriza los derechos humanos.

En esa línea, al referirse al mundo postpandemia, el Presidente opinó que el mundo “puede exacerbar la grave crisis de refugiados y desplazados que afronta el planeta. La respuesta debe ser la promoción y garantía de los Derechos Humanos de los migrantes”.

Antes de finalizar su intervención, el mandatario dijo que quería “reafirmar los legítimos e imprescriptibles derechos de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes”.