La asociación Abuelas de Plaza de Mayo realizó hoy una conferencia de prensa para anunciar la restitución del nieto 128, que se llama Marcos y es hijo de la tucumana Rosario del Carmen Ramos. Durante el anuncio, Estela de Carlotto estuvo acompañada por los dos hermanos de Marcos, Camino e Ismael.

“Soy Camilo gracias por haber venido porque esto permite llegar a los hogares para mostrar que la vela de la esperanza sigue encendida. Nuestro agradecimiento infinito a esta señora y al equipo de trabajo de Abuelas”, afirmó uno de los hermanos del nieto 128 y agregó: “Nos permitieron conocer parte de nuestra historia. En este momento daría cualquier cosa por un abrazo de mi mamá. Esperemos que nunca más pase esto”.

El otro hermano, Ismael, se mostró muy emocionado y agradeció también “a todas las madres y abuelas que pudieron hacer algo impresionante”.

Por su parte, la presidenta de Abuelas contó la historia del nieto 128. Su madre, María del Rosario, fue secuestrada en junio de 1976 por un grupo comando de la última dictadura cívico militar argentina y aún continúa desaparecida.

“Camilo en ese momento se encontraba al cuidado de su padre. Pero Ismael y Marcos, que vivían con su madre, fueron llevados a una casa quinta ubicada en Tafi Viejo. Esa fue la última vez que Ismael vio a su hermano menor”, explicó Carlotto.

Y continuó: “Ismael se acercó a la Comisión Nacional por el Derecho a la identidad (Conadi) en 1999 y contó que en 1976 había sido secuestrado junto a su hermano y su madre y nunca más había sabido de ellos. En 2013 se recibió una denuncia en el Fondo Permanente de Recompensas del Ministerio de Justicia y DDHH de la Nación con información que señalaba a un joven como hijo de desaparecidos apropiado por una persona imputada por crímenes de lesa humanidad en Tucumán”.

“Estos datos fueron entregados a la Unidad especializada que inició una investigación. Así se pudo encontrar a Marcos, quien accedió voluntariamente a realizarse el examen de ADN”, agregó.

Marcos es el segundo nieto restituido de la provincia de Tucumán donde cientos de desaparecidos se enterraron en fosas comunes.

El caso de Marcos debería contribuir a acabar con el negacionismo y olvido que subsiste en parte de la sociedad, en especial en Tucumán. Es indispensable la ayuda de la sociedad, sólo así podemos saber dónde están nuestros nietos y nietas