La senadora, Cristina Fernández de Kirchner, publicó en sus redes sociales un descargo luego que el empresario "arrepentido", Gabriel Romero, dijera que tuvo que pagar por el presidencial número 113 del 21 de enero del 2010. Furiosa aclaró que "a mí nunca nadie me pagó nada por firmar ni este ni ningún otro decreto, ni por llevar adelante ninguna de las medidas de mis gobiernos".

En su publicación, la ex jefa de Estado señaló que si bien había "decidido no hacer comentarios sobre remiseros 'arrepentidos' que dicen haberme visto en pijama, ni tampoco opinar sobre ex funcionarios de cuarta línea, también 'arrepentidos', que nunca formaron parte de mis dos presidencias, pero que describen excursiones casi turísticas en mi dormitorio", las declaraciones de Romero parece haber sido su límite. 

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Desafiante, con datos precisos explicó que el decreto al que se refirió el empresario "se limitó a lo único que podía y debía hacer: ratificar lo actuado y resuelto por la UNIREN". Esa entidad es la Unidad de Renegociación y Análisis de Contratos de Servicios Públicos que crearon en 2003 Néstor Kirchner, Alberto Fernández, Roberto Lavagna y Julio De Vido  para hacer operativas las renegociaciones ordenadas por la Ley de emergencia pública que se había sansionado en 2002.

CFK a continuación detalló que ese decreto incluyó "audiencias públicas de por medio, dictámenes de la Procuración del Tesoro y de la SIGEN, aportes del Ministerio de Relaciones Exteriores y, finalmente, la intervención del Congreso de la Nación a través de la Comisión Bicameral de Seguimiento de las Facultades Delegadas al Poder Ejecutivo Nacional, sin cuya aprobación no hubiera habido decreto".

La Senadora señaló que "en un verdadero menú de “arrepentidos” a la carta, el Sr. Gabriel Romero dice haber pagado dinero por la firma de ese decreto" pero que en realidad "era para mí obligatorio firmar". Luego remarcó: "a mí nunca nadie me pagó nada por firmar ni este ni ningún otro decreto, ni por llevar adelante ninguna de las medidas de mis gobiernos".

A continuación, chicaneó: "sería muy interesante que el Sr. Romero indicara a quién y cómo le pagó, porque a mí nunca nadie me pagó nada por firmar ni este ni ningún otro decreto, ni por llevar adelante ninguna de las medidas de mis gobiernos." 

La ex presidenta explicó que por el contrario, "los problemas judiciales que tengo son por haber afectado intereses económicos concentrados y hegemónicos muy poderosos que siempre trataron de obstruir las medidas que llevé adelante en beneficio de las grandes mayorías populares, de la actividad económica en general y del desendeudamiento estructural de la Nación".

Finalmente, CFK cuestionó "el evidente manejo extorsivo de la figura del “arrepentido” llevado a cabo por (Claudio) Bonadío y (Carlos) Stornelli, es sencillamente escandaloso" y luego aseguró que esta maniobra "cuenta con el beneplácito de las más altas esferas del Poder Judicial, de los medios hegemónicos de comunicación y de este gobierno que ha provocado que nuestro país se esté cayendo a pedazos en medio de una verdadera catástrofe económica y social".