El intendente de Mar del Plata, Carlos Arroyo, se convirtió, con mérito propio y agresiones de aliados y opositores, en el muñeco puchimbol de Cambiemos. La indiferencia de la gobernadora María Eugenia Vidal -que desde 2017 esquiva cada vez que puede la foto con el jefe comunal en La Feliz- dio paso a una interna que sube de tono a medida que se acerca en 2019. Es que Arroyo ya confirmó que buscará la reelección.

Los últimos melodramas de la novela oficialista de “La Feliz”, los protagonizó el polémico secretario de Hacienda, Hernán Mourelle, y mano derecha de Arroyo  que en el lapso de una semana se enfrentó con el ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, la concejal radical Vilma Baragiola y el ex juez de San Isidro, Guillermo Montenegro.

El titular de la cartera de Economía, que meses atrás fue denunciado por acoso sexual por parte de una empleada, salió contra los tapones de punta contra la seguridad del Palacio Municipal ya que en los pasillos fue golpeado y escrachado por cooperativistas que reclamaban pagos atrasado.

Lejos de la “indiferencia” y el espiral de silencio con el que responde Vidal a las críticas de los propios, desde Provincia, el ministro Ritondo polemizó y ninguneó a Mourelle. “No sé cómo se llama este chico que está en Economía”, afirmó el ministro de Seguridad bonaerense y lo mandó a contratar seguridad privada: “Como lo hacen otros municipios, el municipio debe tener seguridad privada. No es necesario que esté la policía de la Provincia de Buenos Aires para cuidar a los funcionarios”.

Tras ese enfrentamiento, entró ayer en escena el diputado bendecido por Vidal para quedarse con la intendencia. Montenegro criticó la decisión del Ejecutivo municipal de establecer el pago de tasas municipales a las exportaciones. “En caso de llevarse a cabo, más allá de la inconstitucionalidad, la medida iría en contra de las políticas que se están bajando desde Nación y Provincia, para acompañar al productor y cuidar el empleo”, apuntó el diputado.

Lo cierto es que el reclamo por “autonomía” de los municipios para decidir sobre la suba de tasas e impuestos municipales es reclamado por varios oficialistas que necesitan de la recaudación para hacer frente al ajuste del Presupuesto bonaerense para el 2019.  Incluso, el ultra oficialista Víctor Aiola se hizo eco del reclamo y recriminó que el año pasado “ya se equivocaron” cuando subieron los impuestos sólo el 15% que pronosticó el gobierno.

Para rematar los ataques, la radical que también sueña con la intendencia, pero se conforma con ser la mimada boina blanca de Vidal, cargó hoy contra Arroyo y Mourelle por un decreto que el Ejecutivo firmó en octubre para aumentar a $6.000 diarios los viáticos de los funcionarios que deban realizar gestiones oficiales en el exterior.

La medida, que ya aprovecha el secretario de Economía que está de gira por Europa, fue la elegida por Baragiola para sumar críticas a la gestión municipal que da tela para cortar a propios y ajenos. “Me indigna y me pone mal”, sostuvo la concejal ante los medios locales en los que disparó: “Si te gusta viajar al exterior e ir a un congreso hacete cargo, pagátelo. Si no, quedate trabajando, solucionando los problemas que vos generaste”.