La gobernadora, María Eugenia Vidal, viene apostando todas sus fichas al diputado nacional de Cambiemos, Guillermo Montenegro para suceder en 2019 al actual intendente, Carlos Arroyo. El mandatario la desafía en cada oportunidad que puede, pero el legislador ya instaló su propia oficina en un reconocido café de Mar del Plata en la esquina del Palacio Municipal.

Los primeros años de gestión del jefe comunal de "la feliz" no fueron muy buenos. La ciudad se vio envuelta en graves problemas financieros y de gestión, desde despidos e inconvenientes para pagar los sueldos de los estatales, hasta problemas con la recolección de basura y saneamiento. En ese marco, la Gobernadora se vio obligada a remendar los errores de Arroyo con algunas inyecciones de dinero y luego, en 2017 intervino el municipio para garantizar que una de las ciudades más importantes de la Provincia no se volviera un dolor de cabeza en un año de elecciones.

En diciembre, Montenegro desembarcó en la localidad balnearia lo que despertó una fuerte interna de Cambiemos debido a que Arroyo no bajó la cabeza sino que, por el contrario, redobló la apuesta al afirmar que "voy a volver a ser intendente. El único que puede disponer sobre mi destino está muy arriba, no son seres humanos y no están en el gobierno" y chicanear sobre el nivel de conocimiento del legislador en la ciudad: "¿Quién es Montenegro?".

La semana pasada, el ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, acompañado por el ministro de Producción de la Provincia, Javier Tizado; por el Intendente y por Montenegro, anunció la remodelación del aeropuerto Ástor Piazzolla como una nueva señal de Cambiemos de bajarle el dedo a Arroyo, lo que enardeció una vez más la interna.

Mientras inauguraba nuevas grúas y equipamiento para tránsito esta mañana, el mandatario aclaró a un medio local que el 5 de marzo en el aeropuerto "no compartí (con Montenegro), me invitaron… fui como intendente". Luego aseguró que "no lo considero ético (la presencia del diputado en el acto), sinceramente, porque no mezclo nunca los actos políticos con los de gestión. Yo cuando hago un acto de gestión es un acto de gestión. Acá no ven banderas de partidos diciendo ‘Viva el intendente’ ni ‘Viva Arroyo'".

Arroyo en un momento de lucidez admitió que "tenemos demasiados problemas a resolver en todos los planos y a todos los niveles, y creo que nuestro deber es trabajar para resolver esos problemas y no estar pensando en este momento quién va a ser o no candidato". A continuación consideró que " es hasta una falta de respeto a los contribuyentes", en alusión a los vecinos de Mar del Plata y concluyó: "faltan casi dos años, un año y medio. Hay tiempo de sobra para hacer política".

Mientras tanto Montenegro se encuentra instalado en "la feliz". Se armó una oficina propia en un conocido café de la localidad ubicado en la esquina de San Martín e Hipólito Yirigoyen, en la esquina del Palacio Municipal. En las últimas semanas ya no disimula más y desfilan por su mesa diferentes dirigentes políticos para hacer acuerdos con el elegido de Vidal.