Venezuela es noticia a nivel internacional desde hace ya tiempo debido a la crisis interna que atraviesa. Culpables sobran. En los últimos días, a pesar de que Nicolás Maduro fue reelecto mediante elecciones nacionales –las cuales son cuestionadas por aquellos que se oponen al oficialismo venezolano- se instaló desde parte de la comunidad internacional la necesidad de generar un cambio de gobierna en el país venezolano.

En este sentido, Juan Guaidó, líder de la Asamblea Nacional de Venezuela, se proclamó presidente. Decisión que es apoyada por los principales Estados y bloques líderes como Estados Unidos, la Unión Europea, o el propio caso de Argentina, en lo que hace a la región.

En los últimos días, el presidente argentino, Mauricio Macri, tomó una postura aún más fuerte, con un discurso en sintonía al del presidente norteamericano, Donald Trump, quienes acusan a Maduro de dictador y, en su lugar, apoyan la autoproclamación de Guaidó como presidente de Venezuela.

Por el momento, la autoproclamación de Guaidó como presidente de Venezuela no va más allá de lo simbólico, ya que la administración del Estado sigue en manos de Maduro. Él sigue teniendo el poder presidencial.

En este punto es vital considerar a un actor de mucha importancia en el escenario político venezolano, el cual está directamente vinculado al sostenimiento de Maduro en el poder: las Fuerzas Armadas venezolanas. Por supuesto el apoyo de una gran parte de la población es otro elemento a favor, pero el poder material que otorga el apoyo de las Fuerzas Armadas es quizás la variable de mayor peso.

Recientemente, Maduro dio un discurso en el cual redobló la apuesta y se inclinó hacia una decisión que afirma aún más su discurso anti Estados Unidos. En este sentido, Maduro, anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con el país gobernado por Trump y, en efecto, dio un plazo de 72 horas a los diplomáticos estadounidenses acreditados en Venezuela para abandonar el país.

Mientras tanto, Venezuela está mal y su gente lo está sufriendo. Ahora –y acá es donde se dividen entre chavistas y anti Maduro-, dos grandes discursos se abren a la hora de explicar el porqué de esta situación actual penosa para los venezolanos.

Por un lado, el discurso de quienes apoyan a Maduro y la “revolución bolivariana” comenzada por Chávez años atrás, el cual apunta al anti imperialismo (o anti Estados Unidos) y busca alianzas en un reducido grupos de países que de algún modo se enmarcan en esta línea discursiva, que son principalmente: China, Rusia, Turquía, Irán, Cuba, Nicaragua, Bolivia.

Por otro lado, el relato que predomina a nivel internacional y el que apoya las principales potencias mundiales, mediante el cual se acusa de Maduro de dictador y se pide por el cambio de gobierno en pos de “proteger la democracia”.

Estos países que se enmarcan en declaraciones en contra de Maduro, en algunos casos rozan y hasta pasan la línea de uno de los principales derechos que rigen al Derecho Internacional Público: la no intervención en los asuntos internos de otro Estado.

El mejor ejemplo de esto es la reciente declaración del Secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, quien twitteo lo siguiente: “Pedimos a Maduro que se haga a un lado en favor de un líder legítimo que refleje la voluntad del pueblo venezolano. Estados Unidos apoya al presidente Guaidó en el establecimiento de un gobierno de transición y en su liderazgo de Venezuela mientras el país se prepara para elecciones libres y justas”.

Una enemistad entre ambos países que ahora llegó al nivel diplomático, pero que –paradójicamente- parece no afectar a su relación comercial, en la cual Venezuela sigue siendo exportadora de Petróleo a su gran enemigo, Estados Unidos.

A modo de síntesis, el país hoy por hoy se encuentra atravesado, por un lado, por la pelea del presidente, Nicolás Maduro, con Estados Unidos (y países aliados), y, por otro, por la autoproclamación de un líder político de la oposición, Guaidó, como presidente de Venezuela. Entre ambas disputas se encuentra la gente, afectada por una situación económica desfavorable y, a su vez, divida entre anti Maduro y anti Estados Unidos.