Un aspecto común en todos los tipos de deporte es que una gran presión psicológica se cierne sobre los grandes profesionales. Las responsabilidades, las exigencias, el profundo conocimiento de todo lo que se pone en juego y el notable esfuerzo que hacen los deportistas para su preparación se acumula durante años de carrera y se suele volcar de forma muy concentrada en ciertos momentos clave.

Todo esto se suma para depositar sobre la mente del profesional deportivo una presión enorme que no todos están preparados para gestionar. Esto ha llevado en numerosas ocasiones a la pérdida de control tanto deportiva como personal por parte de algunos deportistas, a la falta de rendimiento o a perjuicios graves para la salud en distintos niveles, con la ansiedad y la depresión como principales enemigos.

¿En qué consiste la presión deportiva?
 No se puede hablar de una única causa de la presión que se ejerce sobre los deportistas profesionales. Esto es así porque se trata de una cuestión muy personal que afecta de un modo muy distinto a cada individuo.

Las fuentes pueden ser muy variadas y pueden relacionarse con agentes externos como los entrenadores, los familiares y los aficionados o con causas internas provenientes de la autoexigencia, así como las expectativas propias de cada deportista.

Uno de los elementos que más presión causan son los grandes eventos deportivos que generan una concentración de la atención en el rendimiento de los profesionales. Desde los juegos olímpicos a las competiciones mundiales, podemos ver cómo crecen las apuestas NBA hoy o cómo se mueven millones de aficionados para seguir a un equipo en grandes competiciones.

Estas expectativas depositan en los deportistas una responsabilidad añadida que puede agravar las presiones con las que ya cuentan de por sí. Es fácil entender el enorme interés que genera este tipo de espectáculos con solo comprobar los cambios que se dan en las casas de apuestas como Betfair Exchange en las que los grandes eventos mueven el interés de forma evidente.

También afecta a deportistas aficionados
 Lo cierto es que las causas externas que generan presión en los deportistas profesionales son de enorme fuerza por el alcance que pueden llegar a tener a nivel global. Sin embargo, las presiones autogeneradas suelen ser las que más problemas acarrean.

A raíz de esto, es frecuente que los deportistas aficionados lleguen a verse afectados también, en un cierto grado, por este tipo de presión. Esto viene determinado por la autoexigencia y por la visión demasiado condicionada de los resultados o de las competiciones.

Son muchos los aficionados que comienzan a competir a distintos niveles y se ven de pronto en un entorno en el que se les exige más, desean mejorar, ganar, demostrar sus capacidades o batir sus propios récords.

Hay que tener especial cuidado cuando los niños entran en esta dinámica de competición insana porque los beneficios del deporte se ven rápidamente eclipsados por una presión que puede derivar en ansiedad y generar otro tipo de problemas. Aprovechar las ventajas y el aprendizaje que nos ofrece el deporte pasa, si duda alguna, por saber gestionar este tipo de elementos.