El equipo de Zinedine Zidane volvió a ganar, esta vez ante el Athletic de Bilbao. Fue nuevamente por 1-0 y a través de un tiro penal. Sergio Ramos no falló y la Liga está a punto de teñirse de blanco.

En un partido parejo, tanto la diferencia del juego como sus polémicas llegarían en el último cuarto de hora. Fue a los 29' de la complementaria cuando Marcelo se metió en el área, y tras un supuesto pisotón de Unai García, el VAR cobró penal tras la omisión del juez, que había juzgado que no existió contacto en primer término.

De la pena máxima se hizo cargo Sergio Ramos y como en sus últimos ¡22! penales, no falló. Cruzó el remate y pese a que el arquero le adivinó la intención, no llegó a desviar el tiro.

Pasaron apenas segundos de la apertura del marcador y en una acción calcada pero en el área de enfrente, no se cobraría infracción alguna. El propio Ramos pisó a Raúl García de idéntica forma al foul cobrado segundos antes en el otro ataque y ni el árbitro, ni el VAR, intervinieron ni revisaron la jugada.

El partido terminó caldeado, con algún murrazo mediante de Muniain a Modric y una vez más, un partido del Real Madrid se vio manchado y envuelto en polémicas. No obstante, los de Zizou siguen firmes en la cima y acarician el campeonato, con un calendario que además le juega de aliado: en la próxima fecha, recibirá al Alavés.

Por Manu Surasky