Rodolfo D'Onofrio llegó a Paraguay, se dirigió a Luque para asistir a la reunión en el edificio de la Conmebol, escuchó la postura de Daniel Angelici y el descargo de Alejandro Domínguez. Luego, recibió el comunicado en el que se informaba que la Superfinal iba a disputarse entre el 8 y 9 de diciembre fuera de Argentina y ya no en su Monumental, como él quiere y como también desearía Mauricio Macri, el presidente de la Nación. 

Sin embargo, el enojo del mandatario Millonario se hizo notar con más contundencia con el pedido formal del Presidente de Boca en no jugar el partido y en contacto con los medios en Mar del Plata lo dejó más que claro. "Si el presidente de Boca me está mirando... Terminá con esto, dejá de presentar carillas, vení a jugar. Juguemos el partido, no somos tan buenos, nos pueden ganar. No inventemos, vos firmaste conmigo. Vos me diste tu palabra a mí y al presidente de la Conmebol. No le hagas caso a lo que te están diciendo que tenés que hacer esto. Creo que vos tenés palabra y te están llevando a algo que no tenés que hacer", manifestó el mandamás de River y agregó: "Está claro que no lo quieren jugar. Nos pueden ganar, pero no lo quieren jugar".

Además, habló de la chance de jugar la final en su cancha:  "Un allegado al presidente, muy allegado, me hizo llegar que el Presidente quiere y pretende que el partido se juegue en la cancha de River y que va a existir toda la seguridad para que ese partido se juegue en la cancha de River, el River y Boca. Son temas muy importantes”. 

Acto seguido, recurrió a una lógica básica, respecto de la cumbre internacional que comienza esta semana y tendrá su punto álgido el viernes y sábado próximos: “Si podemos hacer un G20, cómo no vamos a poder hacer un partido. Y para demostrarle al mundo que lo ocurrió el sábado es algo que podemos solucionar y que los Argentinos somo capaces ”.

Sobre el final, remarcó: "Este partido se va a jugar, no es posible que castiguen a River de esta manera".