Después de 66 días y con cuatro partidos, la pelota volvió a rodar en Alemania gracias a un enorme operativo para cuidar la salud de los jugadores, que fue desde el distanciamiento social en los bancos de suplentes hasta la limpieza de los insumos en la previa del encuentro.

Ya en la antesala del clásico de Ruhr (Dortmund - Schalke 04) se obserrvó que los utileros del Borussia en plena  higienización de las pelotas, una de las tantas medidas que se tomaron para evitar el contagio de los 22 jugadores que salieron a la cancha en el Signal Iduna Park. Además, cada uno de los empleados del club y tenían la obligación de utilizar barbijos para proteger también su propia salud.

Otro de los detalles que pudo observarse fue el distanciamiento social fue en los bancos de suplentes, incluso con algunos asientos removidos para que así haya un espacio vacío equivalente aproximadamente a dos lugares entre cada jugador. Además, todos están de barbijos, al igual que el cuerpo técnico, menos el DT que da las ordenes.

Vale destacar, que al salir un jugador del campo de juego, se ponen el tapa boca. Además, dentro de la cancha, no hay saludos entre pares y en los goles no se pueden abrazar, auqnue los jugadores del Hertan Berlín no cumplieron.