Luego de una semana negra, con rumores de salida de Messi incluidos, el Barca superó el sofocón y pudo tener una muy buena noche en Castellón, para golear a un envalentonado Villarreal por 4 a 1 con los goles de Torres en contra, golazos de Suárez y Griezmann más un decorado tanto de Ansu Fati. Gerard había igualado para los locales.

Fue un arranque frenético, con un Barcelona que abriría el marcador después del minuto tras un gran desborde de Alba que metió Torres en su propia valla.

Sin embargo, Villarreal respondió sobre los 15' con el tanto de Gerard, que aprovechó una floja resistencia y rebote de Ter Stegen luego del disparo de Cazorla. Pero el Barca no se cayó ni claudicó y reaccionó de inmediato: segundos después, Messi construyó una jugada de sello característico a pura gambeta y potencia, para cederle el balón a Suárez que con un roscazo precioso, anotó el 2-1.

Sobre el cierre de ese gran primer tiempo, Messi intervino nuevamente en su rol de armador, taqueó para Griezmann en la medialuna y el francés inventó un verdadero golazo de vaselina para dejar sin chances a Asenjo.

El complemento fue más chato, los dos le fueron bajando la persiana al juego pero en el cierre llegaron un par de emociones más: primero, el VAR le anuló discutiblemente un gol a Messi por milimétrico offside previo de Vidal. Luego, el propio Leo reventó el travesaño con un tiro libre y en el final, el pibe Ansu Fati le puso la frutilla al postre para decretar el 4-1 definitivo con una gran acción individual.

El Barcelona está vivo, la tiene difícil, pero aún vive y hay Liga. A cuatro fechas del cierre, la diferencia es justamente de cuatro unidades. Necesitará de ayuda externa y de los rivales madridistas porque lógicamente ya no depende de sí mismo, pero si juega como en la noche de Castellón, podrá dar pelea. El miércoles jugará el derbi regional ante el descendido Espanyol.

Por Manu Surasky