Los agravios contra los empleados de la Conmebol de parte de los jugadores de Boca durante el sábado tendrían como consecuencia un castigo económico pero no deportivo.

Los insultos de Carlos Tevez, Ramón Ábila y Pablo Pérez al coordinador del ente sudamericano, Mario Campos, cuando el cuarto árbitro estaba revisando a los jugadores de Boca en el vestuario, serían multados de manera económica.

Más allá de que reglamentariamente exista la posibilidad de que haya una sanción deportiva, la Conmebol no se inclinaría por esta opción, por lo que los tres jugadores informados estarían a disposición de Guillermo para la eventual revancha.